viernes, 23 de julio de 2010

ENFOQUE ADMINISTRATIVO

Sabiendo de antemano que el autor Jack Foster es publicista, escritor, docente de cursos avanzados de publicidad creativa, director ejecutivo de creatividad en grandes compañías de los Estados Unidos, hombre exitoso y de negocios; se podría deducir que sus escritos se tratan de líneas de redacción con un tinte artístico u orientación publicista para un público específico que espera recibir consejos de su profesión un poco alejados de lo administrativo. Pero una vez se ha leído todo el contenido del libro se puede ver claramente el enfoque administrativo en muchos de sus apartados y postulados ya que todo administrador, ingeniero o persona que se mueva en el mundo de los negocios, necesita saber cómo generar ideas. Y no solo ellos; la habilidad para generar buenas ideas es esencial para alcanzar el éxito, independiente de que sea usted un diseñador, un investigador, un publicista, un ingeniero, un vendedor, un ejecutivo o un voluntario que desea encontrar la forma de recaudar fondos para una causa social. Por esta razón, solo se encuentran aciertos del autor en el enfoque administrativo porque sus escritos buscan orientar y aconsejar al lector.

No hay una visión clara de desaciertos porque no asume una postura crítica ni ejemplifica experiencias no fortuitas de empresas o personas. Solo hay un aspecto que podría catalogarse como desacierto y es el hecho de que se contradiga cuando en una parte del libro afirma algo y más adelante lo niega. Esto se evidencia en el capítulo 8 cuando habla de olvidar las restricciones y limitaciones que tiene un problema y posteriormente sugiere al lector establecer algunos límites. Finalmente sale bien librado aclarando que las limitaciones a las cuales se refería al comienzo eran fronteras imaginarias o supuestos subconscientes que uno hace sobre la naturaleza del problema.

No puede decirse que el libro tiene un único enfoque o se enmarca dentro de una corriente administrativa en todo su contenido. Pero si puede afirmarse que se comporta como una caja de herramientas para la administración donde podemos encontrar tanto a la administración científica como a las escuelas administrativas modernas. Veamos a continuación como es el acierto de cada uno de estos enfoques en el libro:

1. En lo que respecta a la Escuela Científica o Escuela Clásica de la Administración puede afirmarse que gran parte del libro se enfoca en el taylorismo donde se encuentran muchos principios y métodos que constituyen la base fundamental de la administración actual con sus investigaciones y metodologías que sirven hoy de análisis y se complementa con las escuelas y tendencias actuales de la administración.

Con sus investigaciones y observaciones Taylor fundamentó sus conclusiones en el principal postulado de la Administración Científica que descubrió así: “El propósito de la administración es lograr la máxima prosperidad para el patrón, al mismo tiempo que se obtenga máxima prosperidad para el obrero”


Taylor fue uno de los clásicos que trabajo en la observación sobre el trabajo, inclusive el autor cita en el libro a uno de sus seguidores, Henry Ford. Una característica común de todas las personas creativas es la curiosidad que sienten por la naturaleza, esa misma que los vuelve en curiosos extremos y para lograrlo hay que saber observar, todos tienen la capacidad de mirar y ver pero son pocos los que se acostumbrar a observar. En el capítulo 6 se dan unas pautas muy interesantes para aprender a observar, allí el autor nos motiva diciendo: “una ver que se acostumbre, observar se vuelve tan natural como mirar”.

En el capitulo 14 encontramos elementos que nos inducen a armarnos de valor y expresar las ideas que se nos ocurran, coincidiendo plenamente con el principio de iniciativa de Henri Fayol porque este consiste en el capacidad de concebir ideas y de llevarlas a la práctica. Al igual que Fayol, el autor Jack Foster asegura que concebir ideas y no implementarlas, es un ejercicio inútil a nivel empresarial; en circunstancias administrativas, un jefe que sepa inspirar la iniciativa entre su personal es infinitamente superior a otro que no sabe hacerlo.

2. En el libro también se plasma el enfoque de la escuela humanista. En varios ejemplos vemos como el autor al igual que esta escuela, establece que el rendimiento en el trabajo también es un problema de motivación del trabajador y de satisfacción y entusiasmo personal. y la técnica de las nuevas escuelas de administración correspondiente al proceso de motivación, orientación, capacitación y desarrollo del personal tiene una relación directa con los argumentos del libro que se exponen al respecto en los primeros nueve capítulos.


Para finalizar; como se dijo anteriormente, el enfoque administrativo se ve expresado por el autor en muchos de sus postulados, ejemplos y sugerencias. Unos se identifican claramente y otros deben abstraerse analizando cada uno desde este punto de vista. A manera de ejemplo se presenta el siguiente que se encuentra en el capítulo 9 (Aprenda a combinar):

El autor sugiere: “Rompa todas las normas”. Todo aspecto administrativo se rige por normas, convenciones y formas de hacer las cosas. Siempre se aplicará una de las teorías administrativas, pero: “los grandes avances en las artes y las ciencias, en todo realmente, han sido el resultado de que alguien rompiera las normas” así dice el autor que pone como ejemplo a Van Gogh, Picasso, Freud, Pasteur, Beethoven, Henry Ford, entre otros. Por eso sobra decir que: “las normas son una manera excelente de tener ideas. Todo lo que hay que hacer es romperlas”.

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